A medida que se generaliza el uso de software propietario, va creciendo el riesgo potencial de no poder usar más aplicaciones que las proporcionadas por un solo proveedor de servicios. Nos estamos refiriendo al fenómeno del vendor lock-in, el cual vamos a analizar en detalle, así como las mejores prácticas para prevenirlo.
Qué es el vendor lock-in
El vendor lock-in se da cuando un cliente se ve obligado a hacer un uso restringido de una solución tecnológica concreta, de tal modo que tales restricciones son fomentadas o diseñadas por el propio proveedor.
Por lo tanto, el cliente no podría dejar de usar el software, ni moverlo a otro proveedor similar de la competencia, porque tal acción resultaría imposible, inviable o excesivamente complicada.
Para entendernos: es un tipo de aplicación informática que "atrapa" al cliente en un ecosistema cerrado: el usuario pierde el control y depende íntegramente de la buena fe del proveedor. Una buena fe que puede quedar en entredicho fácilmente si la táctica de retención que emplea se basa en coartar la libertad del cliente.
Hay ejemplos de vendor lock-in por todas partes en los negocios B2C : desde videojuegos exclusivos para una plataforma concreta hasta la permanencia en operadoras de telefonía, pasando incluso por entornos de software que impiden la ejecución de programas de terceros o que obligan al cliente a utilizar siempre los suyos (tanto si son lo que el cliente necesita como si no).
Cómo evitar el vendor lock-in
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Planificación. La falta de planificación, en muchas ocasiones, suele ser la culpable de que el cliente se vea envuelto en estas situaciones. El vendor lock-in se puede evitar a tiempo siempre que se cuente con algún “plan B” en cuanto a contratación de servicios se refiere.
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Estructuras modulares. Otra solución puede consistir en contratar los servicios de software solo a medida que se vayan necesitando, sin sucumbir al miedo de enfrentarse a hipotéticos escenarios futuros donde cabrían planteamientos de la forma "ojalá hubiera contratado el paquete completo".
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Heterogeneidad de servicios. Una forma muy inteligente de prevenirse ante esto es diversificar, por sistema, la adquisición de productos o servicios de software, y nunca depender de un solo proveedor en ningún momento.
Cuáles son los principales tipos
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Horizontal. Es la dificultad inherente para sustituir un producto o servicio por otro de la competencia: el proveedor se vale de cláusulas restrictivas o penalizaciones para disuadir al cliente.
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Vertical. Hace referencia al bloqueo de soluciones de terceros en el ecosistema propio: el proveedor restringe la ejecución de aplicaciones no propietarias en el entorno que proporciona al cliente.
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Diagonal. Desde la perspectiva del cliente, consiste en confundir fidelización con inmovilismo, argumentado solo desde el punto de vista del precio o la comodidad, y no de la adecuación de los servicios contratados.
En su afán por retener al cliente y brindar soluciones integrales, muchas aplicaciones de software acaban generando situaciones de vendor lock-in, de las que el usuario difícilmente podrá salir; una planificación a tiempo, una contratación escalada de servicios y una diversificación de proveedores pueden ayudar a evitarlo.