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Código lo más simple posible: Cuanto menos compliques el código con estilos, menos posibilidades tendrás de toparte con un error en alguno o varios de los clientes de correo.
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Aplica el CSS a elementos generales: Por ejemplo, fuentes de letra, colores de fondo, etc.
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Utiliza el CSS en línea: Algunos clientes de correo eliminan las etiquetas, por eso sólo renderizan los estilos incrustados en la línea de código HTML.